PAGINA SIETE.- Un estudio realizado por el Centro Boliviano de Economía (Cebec) de la Cainco identifica al menos cuatro dificultades para que el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF) tenga efectividad en la recaudación, entre las cuales se encuentra la elusión y evasión.
El IGF alcanza a los millonarios que tienen recursos por encima de 30 millones de bolivianos, quienes deben pagar hasta el 31 de marzo y los residentes en el exterior hasta el 30 de abril, según el Decreto Supremo 4436.
La norma, que define el alcance y valoración del impuesto, señala que el nuevo tributo se aplica a las personas naturales con elevada capacidad económica, cuando la fortuna neta acumulada al 31 de diciembre de cada año sea mayor a los 30 millones de bolivianos o su equivalente en moneda extranjera.
Pablo Mendieta, del Cebec, señala que el impuesto generará una recaudación poco significativa, evasión porque la gente que tenga que pagar puede distribuir su riqueza entre familiares. “No se tiene una medida exacta de riqueza para hacer balance entre activos y pasivos y esto hace fácil de eludir y evadir a futuro el impuesto”, precisó.
Según el estudio, la efectividad del impuesto es escasa porque recaudará de 100 a 200 millones de bolivianos anuales, que equivalen en el mejor de los casos a 0,5% del ingreso tributario de 2021, menos de 0,1% del Producto Interno Bruto ( PIB).
La experiencia internacional señala que uno de los problemas importantes es la baja recaudación del impuesto.
El documento añade que la eficiencia del IGF o sus consecuencias en el resto de la economía son adversas, “porque podría haber implicado un stock menor de riqueza en el país en torno a 5% de haberse implementado desde 2000”.